Adios
Simon, adiós
Hace pocos días, saltaba la noticia a los titulares de la prensa mundial:
"Simon Kelly, un joven estadounidense de 18 años, se suicidaba por culpa de
Internet".
Los medios ya tenían más carnaza para demonizar la red de redes.
Nadie se puso a investigar los hechos de cerca ni a analizar si realmente se
podía achacar un suceso tan lamentable a un ordenador y todo lo que hay detrás
de éste.
Este
legítimo "newsgroup" y su correspondiente página web no pretenden en ningún
momento incitar a nadie a que se suicide, simplemente trata de orientar a las
personas que toman una decisión libre en su vida. En ningún momento, los
anónimos responsables de estos lugares de libre acceso impulsaron a Simon a que
urdiera un plan para acabar con su vida.
Una vez
leídas las últimas palabras de nuestro protagonista, podemos deducir muy claramente
que su decisión estaba bien meditada, que actuaba por voluntad propia y que
nadie había influido en su decisión. Eso sí, estaba bastante cansado de recibir
"ayudas y consejos" de buenos samaritanos que querían evitar lo inevitable, y
solía responder con lo mismo "visiten xxxxxxx.com", lugar donde según él
podíamos encontrar respuesta a todas nuestras preguntas respecto a su
decisión.
¿ Tuvo
internet algo que ver con su muerte? Sin duda no. Internet fue simple y
llanamente el lugar donde Simon buscó información para que su plan no fallase.
También encontró amigos que le acompañaron hasta los últimos momentos y que
guardan de él un grato y a la vez triste recuerdo.
La consabida carta de despedida fue escrita y dejada en el
ciberespacio en lugar de depositarla sobre la mesilla de noche. ¿ De no haber
existido Internet, no se habría suicidado? Obviamente habría sucedido lo
mismo.
Sin
embargo, por mor de un desgraciado suceso, vuelve a estar Internet en boca de
todos sus detractores, ignorantes del tema, por supuesto.
Adiós Simon, adiós.