Bares Thais
Por Herr Peter Asta

Ardua y difícil es la tarea de describir semejantes lugares ya que sólo una visita permite apreciar en toda su amplitud lo característico de dichos establecimientos. pero voy a intentarlo.



En primer lugar no se llaman "bar" (eso es para los degenerados blancos), se llaman karaoke, café o incluso restaurante, dado que los thais nunca se toman las copas a palo seco, siempre comen, y no cacahuetes precisamente.

Desde el exterior no se puede ver lo que hay dentro. En la fachada hay un tablon protegido por un cristal, en el que se pueden ver las fotos de las "cantantes".

Al entrar te recibe una legión de camareros/as ataviados con uniformes desgastados de los años 70 (chaleco rojo o verde, pajarita negra, pantalón negro que siempre les viene grande).

La primera impresión que uno recibe es que el local está abriendo o a punto de cerrar, dada la escasa iluminación.
Al fondo se observa la única zona bien iluminada, es el escenario. Su decoración tiene tintes navideños, guirlandas brillantes de colores, lucecitas de árbol navideño, y de fondo cualquier cosa escrita con letras hechas en poliuretano, desde un "feliz año nuevo" (aunque haya pasado un mes) hasta un simple "bienvenido".



Los serviciales camareros (si hay blancos, hay buena propina, creen) te acomodan donde más te guste.
Tienes para elegir: o bien una mesa de las que hay en el medio del local o unos sofás de eskai de estos que había antes en las cafeterías (dos, uno frente al otro con una mesa en medio que está atornillada al suelo).

Bien, pues una vez instalados, los camareros te dan la carta porque dan por hecho que vas a comer.

Si les dices que sólo bebes, se extrañan y piensan "qué tío más raro".



Otra peculiaridad en Tailandia es que puedes llevar tú mismo la botella de whisky y sólo pagas la coca-cola, el agua, o lo que sea y un pequeño extra por el servicio.

Una vez que llega lo que has pedido, no te lo ponen en la mesa, no. Traen un carrito con estantes y allí ponen tu botella, los "mixers" y el hielo.

Siempre tienes, como mínimo, un camarero de guardia que no te quita el ojo o más bien no quita ojo de tu copa.

En cuanto ve que va por la mitad, sin preguntártelo, te la vuelve a llenar. Nunca han ententido que a mi me gusta apurar la copa con esos trocitos de hielo que quedan en le fondo. Si no quieres beber más tienes que avisarlo con antelación para que no se precipite en cuanto te des la vuelta.



Vayamos al asunto de las chicas, que también tiene su miga.
Un bar thai sin música en vivo es como un cine sin pantalla.
Sobre el escenario se encuentran las cantantes, todas juntas. Bailan al unísono, pero no un gran baile no.
El baile es: un pasito adelante, un pasito atrás.

En el medio está la que canta en ese momento. La sorpresa viene cuando ves que de pronto empiezan a entregarle a la chica guirlandas hechas de flores de papel e imitaciones de billetes de curso legal.
No sabes de que va la cosa y alucinas bastante.

Resulta que los espectadores (puteros incondicionales) le dan una propina a la chica y eso se representa con la guirlanda, cuanto mayor es la propina más guirlandas recibe la chica, que luego pasa por caja y las cambia por dinero contante y sonante.



Luego, generalmente va a sentarse con el que ha dado la mayor propina. Lo que pase luego entre ellos ya es cosa suya. El hecho es que lo de las guirlandas es para lucimiento de ambos, "mira que rico soy" (de cara a la chica y al público asistente) y "mira que guapa soy y qué bien canto"(de cara a sus compañeras menos favorecidas).

La noche pasa y es posible que se te acerque alguna cantante a charlar para ver si luego cae algo, aunque no están acostumbradas a los blancos y no suelen hablar inglés por lo que si no hablas thai no tienes mucho que hacer allí.

Antes de irte te empaquetan la botella si no la has terminado para que te la lleves o bien te la guardan esperando que vuelvas a disfrutar de tamaño espectáculo.



La música y las canciones son, obviamente, thais al 100 %. Vienen a ser como la copla, por buscarle alguna similitud.

Encontar estos bares no es fácil para el simple turista porque no son llamativos.

Los servicios
Otra peculiaridad, muy chocante para el novato, la encontramos en el meadero.
Cuando entrás ves que hay un chaval que es el que se ocupa de mantenerlo todo limpio, de abrirte el grifo, de darte jabón y una toallita.

Lo que no te esperas es que cuando estás en plena micción, empiecen a masajearte los hombros y la espalda.



La primera vez que eso sucede se te corta todo, hasta la respiración, guardas todo en su sitio con premura y sales de allí lo más rápido que puedes.

Con el paso del tiempo y de las experiencias, ves que es costumbre que te masajeen mientras meas. Luego hasta le ves la gracia.

Espero que os haya servido de algo la información, aunque sólo haya sido para pasar un rato.

Lógicamente no todos estos lugares son exactamente iguales, pero a grandes rasgos son cómo los he descrito.


Atentamente,

Herr Peter Asta
"Der Koenig des Kindes"



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