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ESTAFAS EN EL
SUPER Cuidado con los timos que hay
en el supermercado©
por
HerrPeter | |
Hace unos días, cayó en mis manos un
catálogo de una conocida gran superficie
comercial. Viendo a la gente cargar los carros
hasta rebosar, me pregunté qué les hacía comprar
de una forma tan impulsiva.
Estoy
convencido de que la mitad de los artículos que
formaban esa montaña acabarían podridos en la
basura o arrinconados en algún trastero.
Mi espíritu de consumidor crítico me llevó
a analizar con lupa el contenido del susodicho
catálogo, que es parte fundamental en el márketing
de la empresa. Nada más abrirlo, me encuentro
con un producto que cuando fue lanzado al mercado,
pensé que no tendría ningún éxito por lo que tiene
de absurdo y pretencioso: “LA GULA® del norte
AGUINAGA”. Un pretendido sucedáneo de las
carísimas angulas que se vende a un precio
desorbitado de 20,42 Euros el kilo. ¿Saben qué
contiene este producto? Según reza la lista de
ingredientes: ¡pescado blanco! Ni siquiera nos
dicen de qué pescado se trata. Probablemente
emplean abadejo, un pescado de baja calidad que
sirve para hacer una pasta que luego se transforma
en lo que la empresa considere oportuno.
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Lo más habitual es hacer barritas de
surimi, esas barritas blancas y rojas que hace un
tiempo se intentaban vender como carne de cangrejo
y que finalmente han quedado en lo que son,
barritas de pescado que se venden a 10 euros el
kilo, menos de la mitad que las falsas angulas.
Pero el intento de engaño de los
fabricantes de “LA GULA® del norte AGUINAGA” va
más allá. En la tapa del envase hay impreso un
sello con las palabras: “La auténtica”, “La” en
pequeño y “auténtica” más grande. ¿La auténtica
qué? La auténtica estafa diría yo.
Pero
hay más. En la misma tapa, en la parte inferior se
puede leer: “Angulas Aguinaga S.L.”. Una clara
inducción a la confusión del consumidor medio. En
ningún sitio se puede leer qué contiene el envase,
la única palabra referida a un alimento es
“angulas”, pero ésta es simplemente el nombre de
la empresa.
Es el negocio del siglo. Pasta
de pescado indeterminado (el más barato que haya
en el mercado) hecha fideos. Tal vez el precio se
deba a que tienen que pintarles los ojitos a mano
a cada uno de los “fideos”. Menuda forma de
engañar a las pobres amas de casa.
Pero mi
recorrido por el catálogo no hacía más que
empezar. Unas páginas más adelante me encuentro
con: “Bebida láctea PULEVA Max”. ¿Qué es esto de
bebida láctea? ¿No podrían ser más específicos?
Cuando las empresas alimentarias no hablan claro,
significa que hay algo turbio. No pueden utilizar
la palabra “leche” porque la ley determina
claramente lo que es. En el envase podemos ver
a una extraña mascota que sostiene un balón de
baloncesto para atraer al público infantil, y las
palabras: +calcio, +fósforo, +vitaminas B, A, C,
E, ..., para atraer a las madres que son las que
compran.
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Debajo de la palabra MAX podemos
leer: “Energía+Crecimiento”. ¿Desde cuándo un
derivado lácteo (que de eso se trata) da energía?
Si no ponen la palabra “leche”, es que algo le han
quitado y supongo que es la grasa, para luego
venderla como nata y/o mantequilla. Su precio es 5
céntimos inferior al de la leche auténtica.
El caso que viene a continuación es de
juzgado de guardia o de manicomio porque, pasados
los días, sigo intentando comprenderlo.
¿Alguien me puede decir qué es un licor sin
alcohol? ¡Sí, sí! Lo han leído bien LICOR SIN
ALCOHOL. Los señores de RIVES han inventado la
cuadratura del círculo. Licores de manzana verde,
avellana, melocotón y mora se ofrecen al que
quiera beber licores sin emborracharse. ¡Nos
han tomado por idiotas! ¡Nos han tomado por
imbéciles! Pero no se acaba ahí la cosa. Los muy
descarados lo venden a 4,63 euros el litro cuando
el litro del licor de manzana cuesta 3,93, es
decir, más caro que un producto que paga un
impuesto especial por contener alcohol.
Los de RIVES nos quieren vender un jarabe
dulzón que, obviamente no contiene ni manzanas, ni
moras ni nada que se le parezca, a precio de oro.
Menuda desfachatez. No quiero ser mal pensado y
creer que lo hacen para inducir a los niños y
pre-adolescentes a consumir en un futuro próximo
bebidas alcohólicas que son su principal fuente de
ingreso. Nooo, no lo creo, sería muy malvado de mi
parte.
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En la misma página encontramos los
“Concentrados sin alcohol DAMA DE BAZA”. Si es un
concentrado de kiwi, lima y azul (¿y eso?), ¿para
que nos dicen que no lleva alcohol?. Es lógico, va
implícito en el la denominación del producto. Por
lo menos, son más honrados y lo venden a 2,25 el
litro, lejos de los 4,63 que nos quiere hacer
pagar RIVES.
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En la misma sección nos encontramos
con algo que no atenta contra el bolsillo pero sí
contra la inteligencia: los “Licores con alcohol
Highfields”. Otra vez nos toman por idiotas. ¿Se
imaginan anunciar un televisor CON PANTALLA? Pues
aquí, lo mismo. Lo obvio no hay que anunciarlo, es
de tontos.
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El mundo del cuidado infantil es
terreno abonado para los abusones, por no
llamarles estafadores. La empresa murciana
HERO les vende a las amantísimas madres españolas
un zumo especial para sus retoños bajo la
denominación “Mi primera fruta”. ¡Señores de
HERO!, ¿Por qué no lo llaman “Mi primer atraco”?
Venden el litro a 4,65 euros cuando unas páginas
antes encontramos un buen zumo de naranja por 0,74
y si buscamos bien lo hay más barato, por no decir
lo económico y saludable que resulta exprimir uno
mismo las naranjas.
Vayamos más allá y
analicemos el envase. En primer lugar destaca el
hecho de que sea de 200 ml y “sólo” cueste 0,99
euros, el impacto es menos fuerte a la hora de
pagar. Bajo la denominación aparece la indicación
“para biberón”, ¿qué pasa, que si pongo otro zumo
que no es para niños, va a reventar? Más abajo
leemos “desde los 4 meses”.
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Claro, lo mismo que si yo hago le
zumo en casa ¿no?. Y ahora, el colmo:
“Ingredientes controlados”. ¡Pues eso espero! Que
controlen los ingredientes de su amplia variedad
de productos. ¿Qué me quieren decir? Que no
controlan los ingredientes de los zumos “para
mayores”?.
Y para terminar, indican que es
bajo en acidez, como si hubiera que efectuar un
gran proceso químico para quitar la acidez de una
bebida. Qué fácil es aprovecharse de la bondad de
las madres, sobre todo primerizas e inexpertas,
que siempre buscan lo mejor para sus hijos.
Ya lo saben, no se dejen camelar por estos
catálogos multicolores y atrayentes. Analicen con
lupa todo lo que compran. Verán que al cabo de un
tiempo habrán ahorrado una cantidad considerable y
de paso no le harán el juego a esas empresas que,
cómo hemos visto, intentan ENGAÑARNOS.
Seguiremos ojo avizor y escrutaremos
página a página los catálogos de las grandes
superficies que son, en el fondo, cómplices de sus
proveedores.
Si ven más casos de fraude,
engaño o simple tomadura de pelo, no duden en
contactarme en: herrpeter@putalocura.com
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