INVESTIGACIÓ TV
El reportaje que no fue tal sobre el puterio en Thailandia
Por Herr Peter Asta

El pasado 4 de marzo, el programa INVESTIGACIÓ TV, emitido por el canal autonómico valenciano Canal 9, emitía un reportaje sobre el turismo sexual.
Supuse que se hablaría de Tailandia, y así sucedió.

Como es bien sabido por los seguidores de la Lista Torbellinesca, cada año paso una larga temporada en dicho país desde hace 15 años. Ansioso por saber qué iban a contar sobre mi lugar predilecto para correrías y diversiones varias, me senté cómodamente delante del televisor.

Mi interés se centraba en el reportaje de cámara oculta efectuado “in situ”, ya que los comentarios de los debatientes, suponía que no iba a ser más que una sucesión de tópicos que poco se ajustan a la realidad actual de Tailandia.

Desconozco si los “reporteros” eran periodistas del Mundo TV o simplemente “free lance” que les vendieron el reportaje a dicha productora, en cualquier caso, puedo afirmar que, como se dice vulgarmente, les metieron un gol.

Comenzaron su particular “tour” por los salones de masaje de la zona de Patpong. Estos lúgubres lugares están hechos únicamente para turistas despistados y muy salidos, y como tales son engañados.

Piden cantidades de dinero que más bien corresponden a los mejores salones situados lejos de las zonas más turísticas y donde la higiene y la clase no tienen parangón.

Llegada ya la noche, nuestros aguerridos aventureros, no se mueven de la zona, y visitan algunos “go-go” bars. Allí entrevistan a una de las chicas que trabajan bailando y amenizando la noche de los clientes.
La”pobre” chica (que no chica pobre) afirma que baila a diario unas 15 o 16 horas sin parar. MENTIRA. ¡Segundo gol encajado por El Mundo TV!

os bares abren de 19h a 2 de la madrugada, son siete horas, además estas chicas, bailan 20 minutos y descansan otros 20, eso si no se las lleva un cliente antes. Lo que los autores del reportaje no quieren entender es que estas chicas mienten para dar pena a los incautos turistas con el fin de que estos suelten dinero rápido.

Al día siguiente, les toca el turno de cámara oculta a las masajistas a domicilio. Desde la habitación del hotel llaman a una de estas damiselas para que acuda a prestar uno de sus servicios. En principio de se trata de un masaje medicinal, es decir, sin sexo.

Esta mujercita, de profesión enfermera, según sus palabras, afirma que su sueldo es de 18€ mensuales. MENTIRA. ¡Tercer gol en las redes del Mundo TV!
Tirando por lo bajo, gana 150€. No es mucho para nosotros, pero allí es normal. ¿Finalidad? Pues otra vez lo mismo, sacar dinero a los turistas que no saben nada del nivel económico ni de la vida del país.

Obviamente, mientras tanto, en el plató, los invitados debaten en base a lo que ven, y claro, si lo que oyen es mentira, pues hacen comentarios erróneos.

La aventura no termina allí. A la noche siguiente se dan cita con un español que lleva residiendo 12 años en Tailandia. Cuál es mi sorpresa cuando reconozco la voz del personaje misterioso con cara borrosa y nombre cambiado. Se trata de un amigo mío, gran conocedor de la noche tailandesa, muy locuaz y de expresiones un tanto toscas en determinados momentos; un plato fuerte para unos periodistas ansiosos de sensacionalismos.

Mi amigo les lleva hasta Nana Plaza, nuestro lugar de esparcimiento predilecto. Una vez allí, entrevistan a un par de chicas, que una vez más juegan muy bien su papel de “pobrecita desgraciada”. Ya podemos sumar otro gol en la lista.

También hablan con unos cuantos turistas que muestran su alegría por estar pasándoselo de miedo. Todo ello lo intercalan con las explicaciones de mi amigo, que no viene a decir más que los hombres se lo pasan muy bien allí, sin perjudicar a nadie. Hay que reconocer que en algún momento, mi amigo utiliza expresiones poco afortunadas que dejan por los suelos a las mujeres occidentales, pero eso es tema aparte.

Esclarecedor fue, sin embargo, su comentario acerca de lo que se llaman los “sponsors”. Muchas de estas chicuelas tienen novios repartidos un poco por todo el mundo. Cada novio suele tener un mes al año de vacaciones, por lo que las profesionales del amor, apuntan cuidadosamente en su agenda las fechas en las que va a estar acompañada.

Lógicamente, si hubiera algún solapamiento, basta con decir que algún miembro de la familia está enfermo, hasta que se produce el relevo.

Auténticas profesionales, sí señor!
Sobra decir que cada novio abona religiosamente su cuota mensual de un club al que no sabe que pertenece.

Entrañable resultó ver como los encargados de hacernos ver “la cruda realidad de estas esclavas del sexo”, visitaban a estas chicas en sus hogares. Más confesiones lacrimógenas. Es obvio que estas chicas no van a decir a unos clientes potenciales que viven muy bien y que no cambiarían su trabajo por nada. De hecho no lo cambian aunque se les ofrezca un trabajo como el de millones de sus compatriotas.

La excursión sigue, en días sucesivos, por los archiconocidos “sexy-shows”. Aquellos en los que las mujeres thais hacen alarde de maestría en el dominio de sus músculos vaginales lanzando dardos con una cerbatana, abriendo botellas, escribiendo, tocando la trompeta, y un largo etcétera.
No entendí muy bien por qué querían criticar estos espectáculos, cuando allí está todo el mundo por voluntad propia.

EL DEBATE
En el estudio de televisión, junto al Dr. Cabeza y al escritor Vizcaíno Casas (los más sensatos y objetivos en dicho programa) se sentaba otro contertulio, Miguel Ángel García, profesor de moral, que no hacía más que insistir que la situación de pobreza (¿?) del país llevaba a las chicas a prostituirse.
¡Falso, señor mío! No dudo que sepa de moral, pero de economía poco.

Esas chicas están allí porque quieren dinero rápido. Las chicas que me dan lástima a mí, que conozco bien el país, son las que se levantan a las 5 de la mañana para ir a trabajar hasta 12 horas a una fábrica, no las que van a bailar y tomar copas 7 horas por su voluntad.

La situación económica de Tailandia es comparable a la de España a finales de los 70. Y si no recuerdo mal, las españolas no se dedicaban a la prostitución porque el país no era tan rico como los demás, ni tampoco venían los alemanes a hacer turismo sexual, en todo caso serían las alemanas las que hacían turismo sexual en nuestras costas. Eso sí, sin ánimo lucrativo por parte española.

Entre el público se encontraba un guía turístico español, Felipe Díaz, que, las pocas veces que podía hablar, hacía acotaciones bastante acertadas. Sin embargo, se equivocó al decir que el nacimiento del turismo sexual en Tailandia se remontaba a la época de la guerra del Vietnam.

 

Como suele suceder en muchos casos, el hombre occidental tiende a ser egocéntrico y cree que cualquier fenómeno mundial sucede por acción u omisión de éste. Los burdeles tailandeses existen desde mucho antes de que el Tío Sam decidiera darse un paseo por allí. Por otra parte, los que más frecuentan Tailandia son japoneses y coreanos. Y además los mayores clientes son los propios tailandeses.

El hecho de que no nos mezclemos a la hora de frecuentar los lupanares, nos lleva a pensar que somos sólo los occidentales los que nos dedicamos a estos menesteres, cosa lejos de la realidad. Los tailandeses son muy listos y nos tienen a todos juntitos, separados por razas y bien localizables.

Si hubiera que hablar de víctimas no sé realmente con quién me quedaría, si con la chica que busca el dinero fácil o con el pobre turista que se cree que ha encontrado al amor de su vida, porque patéticos me resultan los occidentales inocentones que van con ánimo de salvar a las chicas de ese “infierno”, y lo único que consiguen es quedarse con la cuenta corriente vacía.

Llevo muchos años paseándome por las calles de toda Tailandia, hablo su idioma y les puedo asegurar que la actitud de estas chicas ante alguien que habla thai y por ende conoce (o debería) la idiosincrasia del país, es totalmente diferente.
Conmigo, no existe el juego de dar pena a cambio de dinero. Las conversaciones son normales como de dos amigos que se cuentan sus quehaceres diarios. Sabe Dios cuantas cartas de “novios” he traducido y escrito para mis amigas las putas, y cuantas veces les he dado consejos cuando así me lo han requerido.

Señores del Mundo TV: la realidad es otra. Infórmense bien antes de hacer un reportaje. Cuesta muy poco preguntar, por ejemplo, cuánto es el sueldo medio interprofesional, cuántas horas están abiertos los bares, etc..
En su afán investigativo, ¿por qué no buscaron un trabajo normal para una chica para ver su reacción ante semejante ofrecimiento? Eso les evitará que les vuelvan a ganar por goleada.


     HERR PETER ASTA

herrpeter@putalocura.com