CONSUMO
Continuamente quieren engañar a los consumidores©

por HerrPeter

A veces, paseando, yendo de compras, me da la sensación de que se nos quiere tomar el pelo en muchas facetas de la vida. A continuación voy a comentar alguna de esas situaciones de la vida diaria que me irritan e indignan sobremanera.

Recuerdan, hace años, que cuando uno iba a la gasolinera, no había que molestarse en bajar del coche. Venían, te pedían la llave, pagabas y te ibas. De un tiempo a esta parte, estamos obligados a ejercer de gasolineros. ¿Nos cuesta menos la gasolina por ello? ¡NO!
Si profundizamos más en el tema, veremos que la intención de semejante maniobra es doble.

Por una parte se ahorran unos cuantos trabajadores y por otra, nos vemos forzados a ir a pagar a la caja, pasando antes delante de un montón de estantes que nos ofrecen desde bebidas refrescantes hasta pollos asados. Su beneficio es doble.

Algo semejante ocurre con los autodenominados “restaurantes de comida rápida”. Tenemos que ir a buscar la comida, buscarnos una mesa y luego tenemos que dejar la mesa limpia. ¿Pero esto qué es? ¿Qué invento es esto? Como dijo aquella... Me gustaría saber quién fue el listo que inventó esto.

Porque resulta que si no limpias la mesa, quedas mal. ¡Sí hombre! ¡Si quieren entro en la cocina y me hago yo la hamburguesa... no te digo! ¿Redunda todo en un precio más ajustado? Pues no, ya que si compras la comida y te la llevas a casa pagas lo mismo. ¡Menuda desfachatez! O sea que ya saben, si van a comer a alguno de estos “restaurantes”, dejen la bandeja y los desperdicios sobre la mesa, que ya está bien de tomarnos el pelo.

Pasando a otro tema no menos sangrante, porque rebasa los límites de la desfachatez, mi irritación frente a los que nos consideran estúpidos va “in crescendo”.
Desde hace un par de años, si me memoria no me engaña, el Grupo Pascual (el de la leche uperisada de toda la vida) anuncia los yogures pasteurizados tras la fermentación. ¿Me pueden explicar que es eso? Si se pasteuriza se eliminan todos los organismos vivos que hacen que los yogures sean yogures.

Es decir, nos engañan vilmente haciendonos comprar una cosa por otra. Lo que estamos comprando es un postre lácteo que no tiene, ni remotamente los beneficios que aportan los yogures. La legislación en el resto de los países de la CEE ha sido muy tajante al respecto, y ha prohibido taxativamente la comercialización de dichos productos, mejor dicho, ha prohibido llamar yogur a algo que no lo es.

¿Por qué en España no ha sido así? Sabe Dios. Se ve que la mano del Grupo Pascual es más larga de lo que imaginamos. Una vez más nos toman por idiotas y se aprovechan de la incultura de la gente.

Algo similar ha sucedido con los productos que llevan la palabra BIO en su etiquetado. En el resto de Europa son muy estrictos a la hora de permitir que una empresa utilice dicha denominación. Aquí, una vez más, la legislación ha sido muy laxa. Muchos productos denominados BIO no han sido elaborados con los ingredientes y los métodos que se exigen en otros países. ¿Se imaginan que se anunciasen whiskies, vodkas y ginebras sin alcohol? ¿No tiene sentido verdad? Pues los señores de Pascual hacen las cosas sin sentido, pero no por desconocimiento, sino por pasarse de listos

Hace un par de días estuve en el cine. Al ir a comprar palomitas, me percaté de que se ofrecían en envases grandes y medianos, pero no se vendían en envase pequeño.

¡Señores del cine! ¡Para que algo sea mediano tiene que estar en MEDIO de algo, entre dos cosas! Esto lo dicta el sentido común.
Lo mismo ocurre con las bebidas. -¿Me pone una coca-cola pequeña? -No tenemos. Sólo hay medianas y grandes. Clama al cielo la estulticia de la gente. ¡Señores dueños de cine: “me lo expliquen”!

En otro orden de cosas, hace poco más de un mes, una organización feminista, exigía la retirada de un anuncio de un desodorante (Axe) por considerarlo denigrante para la mujer (supongo que las mismas que pusieron el grito en el cielo por el anuncio del queso de tetilla).

Se trataba de un spot en el que se veía a una mujer siguiendo el rastro dejado por el desodorante sobre el cuerpo de un hombre. ¡Vaya falta de sentido del humor! TVE para ser políticamente correcta, se vio obligada a retirarlo. Las otras cadenas hicieron caso omiso, ahí manda Don Dinero.

¿Pero qué pasa con el anuncio de electrodomésticos Siemens? Sí, sí, el anuncio en que una mujer pide por teléfono que le cambien su marido porque este no sabe utilizar la lavadora, la cocina, etc.

Nadie ha dicho nada. Allí si que se trata a un ser humano como a un objeto. Pero supongo que es que los hombres tienen mayor sentido del humor que las mujeres. ¡Estas cosas me irritan!

La ONG ANESVAD ha comenzado recientemente una nueva campaña en contra de la prostitución en países subdesarrollados o en vías de desarrollo. Como marco ha utilizado nuevamente Tailandia. Pero ha vuelto a caer en la exageración. En la campaña pasada nos decía que las prostitutas adolescentes se vendían por 100 pesetas. En los más de 15 años que llevo circulando por los burdeles de Tailandia, jamás me he encontrado a nadie que vendiera su cuerpo por menos de 1000 pesetas, y puedo asegurar que he estado en los lugares más lúgubres que se puede uno encontrar.
En la campaña de este año se nos muestra cómo una familia ha cambiado a una de sus hijas por una lavadora. Quiero suponer que se trata de una hipérbole para llamar la atención de la gente.

En cualquier caso la habrían vendido por dinero, cosa que dudo siga existiendo hoy en día en Tailandia. Pero como el fin de la ONG es bueno, no voy a cebarme en su campaña, aunque quiero señalar que es exagerada.

Vivimos en un mundo en el que hay que estar pendientes de todo, porque nos tratan de engañar y manipular desde todos los estamentos. Sobre todo en lo que se refiere a nuestra economía. ¡Vayan Ustedes por la vida con ojo avizor, amigos míos!


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