¿Que pasa en Thailandia?

Breve resumen de todo lo que ha pasado allí

Han echado a la puta calle al Berlusconi de Asia


¿Qué se puede hacer con un presidente de gobierno que hace cerrar los bares a la una? En España lo tenemos claro: ¡Se le saca del país a gorrazos! Pero en Tailandia son un poco lentos para estas cosas.
Hace unos ocho años subió al poder un ex - policía millonario (la cosa ya cantaba). Logró aglutinar, previo pago y promesas diversas, a una multitud de miembros de diversos partidos para crear el Thai Rak Thai (Los tailandeses aman Tailandia), un curioso partido con un no menos curioso nombre. Arrasó en las elecciones obteniendo mayoría absoluta en todas las ocasiones.
Era propietario de múltiples compañías, entre las que destacaban la de telefonía móvil y telecomunicaciones y una compañía aérea. Poseía satélites propios, aviones, cadenas de televisión, periódicos, etc. Era el Berlusconi de Asia. Hace unos meses vendió todo su emporio por una cifra multimillonaria que gracias a una maniobra financiera consiguió que fuera libre de impuestos. Esto increpó los ánimos de gran parte de la población y en especial de un hombre: el Rey Bhumbibol Aduladiej.


La única solución era eliminarlo. Hubo diversos atentados fallidos. Nadie quería a este hombre.
Fue convocado en diversas ocasiones por el Rey para manifestarle su disconformidad con la política llevaba a cabo con su gobierno
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Además, desde 2004, en el sur de Tailandia, los islamistas (Al-Qaeda), han asesinado a más de 1.400 personas, con el simple propósito de declarar un estado independiente. Es decir, lo mismo que pasa en España con Euskadi, sólo que allí argumentan cuestiones religiosas e históricas con base comprobable.



Todo este cúmulo de circunstancias han hecho que el poder del señor Thaksin Shinawatra se haya ido al carajo.
Su primer objetivo fue acabar con la corrupción. ¿Cómo? Creando una corrupción a su medida.

El Rey le avisó varias veces de que su política no iba en la buena dirección, pero se creyó más listo que nadie. Así ha acabado, en su gran mansión de Londres rodeado de su familia y de algunos adláteres incondicionales que creen en milagros.

 



Este es el 18º golpe de estado en Tailandia. Y, sin duda, el más peculiar. Ni un disparo al aire, ni una gota de sangre, el apoyo del pueblo, y para rematar, la firma del Rey aprobando la acción.

Está claro. Quien se mete con el mundo del puterío, sale escaldado, y si no a las pruebas me remito. No en balde, el príncipe de Tailandia es el mayor accionista de las sociedades que fabrican y distribuyen las cervezas, alcoholes y refrescos más vendidos del país. Más bares cerrados, menos venta de bebidas y menor beneficio, esto es de cajón.

 



Todos celebramos la llegada de un nuevo gobierno que responda a la realidad del país. Confiamos en que su política vaya encaminada hacia una equiparación respecto a la vida nocturna de los occidentales, que somos sus mayores proveedores de divisas extranjeras.

Que a nadie se le ocurra anular un viaje previsto a Tailandia. No seamos “mariconsones. Los turistas se han enterado del asunto por las televisiones de sus respectivos países, no ha pasado NADA en las zonas turísticas del país.

 



Éste ha sido un golpe democrático, por paradójico que parezca. En menos de diez días habrá un gobierno civil que convocará elecciones en el plazo de un año.

P.S.: en las siguientes elecciones democráticas ganó el partido del derrocado primer ministro, y éste volvió al país, si bien no se involucró, por lo menos directamente, en la política nacional.

Todo esto y más en: www.asiesasia.com y www.herrpeter.com

Herr Peter

herrpeter@herrpeter.com